Por una Nación incluyente y productiva

Por una Nación incluyente y productiva

Si algo ha quedado claro para quienes estuvieron presentes en la 76 Asamblea Anual de Fedecámaras es que una nación productiva debe ser incluyente, siendo este el secreto para mejorar muchos de nuestros sectores. En el marco de esta asamblea, se realizó el conversatorio “Por una Nación incluyente y productiva”, en el que participaron personalidades de los diferentes sectores del país, entre ellos: Juan Carlos Roldán, partner de KOMUNIKA LATAM; Luisa Pernalete, coordinadora de Educación para la Paz en Fe y Alegría; Carlos Aguiló director de Innovación Estratégica en Ecoem;  León Arismendi, director general de INAESIN y Luz Mely Reyes, cofundadora y directora Efecto Cocuyo. 

El conversatorio estuvo moderado por Alberto Afiuni, socio ejecutivo de EY Venezuela,  y tuvo como centro, la importancia de cada sector y de los consensos para formar esa Venezuela necesaria para un cambio político y social. 

Se necesita esperanza y energía para alcanzar los cambios

Juan Carlos Roldán, partner de KOMUNIKA LATAM; expresó que frente a los desafíos se requiere esperanza y energía y que son elementos primordiales para lograr un cambio. “Uno debe participar e incluirse, debo acercarme, es importante que todos olvidemos el Qué hay que hacer y empezar a pensar en QUÉ VOY A HACER?”.

Un ingrediente para conservar esa energía y esperanza es el celebrar los pequeños logros ante las grandes derrotas que tiene el país actualmente.  Para Roldán se debe destacar cualquier intento de la comunidad de formar encuentros donde se discutan cambios y participar en ellos. 

Otro elemento primordial es el hacer negocios con propósito, donde el verdadero desafío es cómo lograr modelos de desarrollo económico, orientados al desarrollo social, donde la gente sea el centro, aclaró Roldán.

Sin educación no hay presente ni futuro

Por su parte Luisa Pernalete, coordinadora de Educación para la Paz en Fe y Alegría, expresó que ni Venezuela ni ningún país, puede superar un proceso de transición sin educación de calidad. Para ella una parte clave del cambio requiere que el sistema educativo se actualice. Porque “en Venezuela la educación no entró en emergencia con la cuarentena producto de la pandemia, la educación ya tenía años en emergencia”. 

Expresa que este deterioro empieza con los salarios, nuestro país tiene los docentes peores pagados de América Latina. Cada año disminuye de manera importante la cifra de nuevos profesores o aspirantes. “Hay que invertir mucho en la formación del docente y el salario del docente, tenemos los docentes peores pagados de América latina”. 

Un buen maestro puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso de un niño” aseveró.  

Al igual que los salarios, los centros educativos públicos requieren de inversión y de cambios drásticos, pues no cumplen con los requisitos necesarios para darle un buen futuro a un niño. “Si un joven no tiene educación, no tiene presente ni futuro”.  Ningún país ha salido de una crisis sin educación vigorosa

La innovación y el emprendimiento

Carlos Aguiló expresó que el venezolano normalmente confunde la tecnología con innovación únicamente, “no nos damos cuenta que la tecnología es el método de desarrollo más real que hay hoy en día, un elemento que puede ser útil en todos los sectores productivos y que puede ser fundamental para el desarrollo de una economía competitiva”.

La economía digital es el principal sector de crecimiento, que se puede adaptar teniendo la inversión necesaria en tecnología para las distintas instituciones del país. 

No tenemos que esperar que pase nada para enfrentar esta realidad, más bien desde las oportunidades de la crisis es cuando se hace más necesario este desarrollo”, indicó Aguiló.

La idea es estimular una conversación que no solo ponga a la innovación y el emprendimiento como una actividad más, sino que se le dé el valor que puede tener para generar un efecto dinámico en el crecimiento de la economía, indica el especialista de ECOEM.

Es hora de estimular el talento que tiene Venezuela (…) los venezolanos somos bastante creativos y bastante capaces de afrontar nuevos retos”, indicó. Pasar de un paradigma competitivo a un paradigma colaborativo es necesario para que fluyan los procesos de innovación.

Por un empleo productivo y bien retribuido

El director general de INAESIN, León Arismendi, expresó que el modelo rentista es necesario ya darlo por superado, porque en estos últimos años puso en evidencias sus enormes carencias. Los actores sociales deben poder interactuar en una sociedad donde todos se incluyan en equidad desde sus nichos.

En cualquier país democrático o con una economía productiva, es indispensable que la fuerza del capital y la fuerza del trabajo puedan interactuar”, añadió. 

En estos tiempos de crisis se toma la informalidad laboral como un problema, pero hay que empezarlo  ver como una realidad, “la realidad nuestra es que estamos en un país donde el trabajo perdió todo su valor” aseveró.

Arismendi expresó que en esta nueva normalidad para que la informalidad disminuya tiene que haber un incremento del aparato productivo. Mientras eso sucede, toda persona tiene derecho a un empleo productivo y bien retribuido.  

Es necesario asumir el tema del trabajo informal como un hecho. El emprendimiento tiene que ser comprendido como una labor necesario”.

Venezuela debe ser diversa y plural

Luz Mely Reyes, periodista cofundadora y directora Efecto Cocuyo, manifestó que el país sufre un proceso de falta de comunicación, donde la única ventana informativa del venezolano son las redes sociales, “donde se pueden decir cosas ciertas y cosas falsas”

Venezuela debe ser diversa y plural y permitirse la oportunidad de vernos escucharnos y discutir, para esos deben estar abiertos al público y al pueblo distintos medios donde poder expresar esas miradas”, expresó. 

La creación de un país incluyente y productivo es muy importante porque Venezuela tiene que ser mejor, afirmó la periodista.

Generar espacios para buscar consensos que construyan una mejor Venezuela, y así aprovechar la oportunidad de escuchar y comprender sin importar las diferencias.

Además debemos entender que la realidad del país va más allá que lo que se ve en los medios de comunicación.

“Independientemente de las diferencia a los venezolanos nos une un gran amor por Venezuela”.

La Nación y la polarización política: ¿Es posible una transición en Venezuela?

La Nación y la polarización política: ¿Es posible una transición en Venezuela?

76° Asamblea Anual de Fedecámaras

Los politólogos Colette Capriles y John Magdaleno, participaron en el conversatorio, “La Nación y la polarización política”, moderado por Eduardo Garmendia, tesorero de Fedecámaras, en el marco de la 76° Asamblea del gremio empresarial.

Capriles afirmó que muchos “actores políticos  han perdido conexión con las complejidades de Venezuela”. Muchas veces los líderes políticos simplifican la situación para comunicar rápidamente sus puntos de vista, pero  le corresponde a  la sociedad avanzar en la comprensión de la complejidad de las realidades. “A nuestra opinión pública le gusta simplificar todo”, manifestó.

La politóloga afirmó que Venezuela ha cambiado mucho. Ha sufrido un proceso de deterioro suficientemente grave.

La polarización en Venezuela

La polarización en el país ha cambiado lamentablemente no para construir más puntos de encuentros sino para crear más fragmentación en nuestra sociedad.

Para Capriles el peligro fundamental no es la polarización; “es la separación, la fragmentación, la desinstitucionalización. No tenemos reglas de juego, donde antes sí teníamos”.

El impacto más grave de la desinstitucionalización está en la educación, en las relaciones de la sociedad.

Manifestó que en las sociedades democráticas, las relaciones están mediadas por instituciones, “al tener esta desinstitucionalización tan grave, lo que estamos teniendo es miedo del otro y eso es funcional para continuar en el estado actual, donde el gobernante controla el sistema político”. Tenemos que trabajar en la recuperación de nuestros vínculos. Recordó Colette Capriles, que muchos de los cambios en Venezuela han venido de arriba hacia abajo y es importante crear la horizontalidad de las relaciones.

Lo más importante de las transiciones no es cambiar los líderes políticos, es lograr el cambio en la sociedad. La democracia es una práctica diaria, agregó.

La inestabilidad, la incertidumbre, la arbitrariedad y la ausencia de reglas de juego, es lo que mantiene en el poder al gobierno, porque lo hace muy flexible.

Capriles destacó que el venezolano está muy aferrado a la paz y rechaza todo tipo de violencia.

Asegura que si aspiramos al cambio político, es necesario construir una respuesta, una ruta estratégica para el cambio, una reconexión entre los actores políticos y la sociedad.

Transición a la democracia

Por su parte, para el politólogo John Magdaleno, en los procesos transicionales debe existir la mayor inclusión posible; de lo contrario, se corre el riesgo incluso de una posible reversión autoritaria.

Aseguró Magdaleno que “la transición es un proceso más complejo de lo que uno se imagina”. Afirmó que para una transición a la democracia hay que pensar en cinco etapas:

  • Debilitamiento y disolución del régimen.
  • Cómo restituir las garantías (por lo general es una restitución gradual y progresiva).
  • Democratización (donde se instalan y reinstalan instituciones, esta fase termina en la celebración de elecciones libres)
  • Socialización cultural (donde los ciudadanos ponen en ejercicio las actividades democráticas)
  • Procurar las condiciones en las que se produce una consolidación democrática

Para cumplir con estas cinco fases es necesario que los actores dialoguen y se tomen un tiempo para discutirlas y entender cómo serán posibles.

No pueden dos partes llegar a un acuerdo o a un diálogo si dentro de esas partes hay fragmentación y polarización. “¿Cómo poder formar consensos, con contradicciones tan distantes dentro de los bandos políticos?”.

Antes de enfrentar a un adversario es necesario que se tenga un punto de encuentro claro, que dentro del seno de la oposición se llegue a un diálogo interno para luego ascender a un diálogo con el gobierno. “Hay una creciente distancia ideológica”,  añadió.

Afirmó Magdaleno que las variables domésticas son los verdaderos disparadores de los procesos de transición a la democracia.

Fue enfático al afirmar que la fuerza de poder es la gente; por lo tanto, ninguna estrategia puede dejar a los venezolanos por fuera.

Los dos elementos que se tiene a la mano en una negociación cuando no se está del lado del gobierno (que tiene las instituciones públicas y la base monetaria), son las elecciones y la movilización social (que es más que solo la protesta). Ambos elementos aún no se han puesto en juego en su totalidad y aunque parezca imposible, dominando uno de los dos, se puede facilitar el proceso de transición.

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Fedecámaras: para construir un nuevo modelo de país, necesitamos desarrollar un Acuerdo Nacional

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76° Asamblea Anual de Fedecámaras

Mensaje de Fedecámaras ante el país

El punto de partida que nos convoca es Venezuela.

Nos corresponde, desde la perspectiva que nos ha tocado vivir, entrar en la búsqueda de una ruta eficaz: Por una Nación incluyente y productiva”, sin romanticismo, con absoluta convicción de la necesidad urgente de rescatarla.

Venezuela agoniza. Ya no es suficiente decir que está en crisis. Se rompió ante nuestros ojos. No fue suficiente el petróleo, el rentismo, la redistribución de beneficios que solo terminaron socavando todas las capacidades para invertir, para producir, para convivir.

No tenemos instituciones ni referentes, solo una sensación de vacío que se agiganta ante la ausencia de propuestas y conducción política que reconozca dónde estamos y hacia dónde debemos ir.

Venezuela vive hoy uno de los momentos más aciagos de su historia contemporánea, en medio de una inédita recesión económica continuada por 7 largos años. Para 2020 la CEPAL estima una caída del PIB de 26%, profundizada por la pandemia en un 15% adicional.

El modelo de socialismo del siglo XXI desapareció casi 400.000 empresas. El afán controlador, la política expropiatoria y el exceso de burocracia y regulaciones levantaron enormes barreras a la producción.

Ha completado la ecuación para este desastre, la colosal caída de la producción petrolera y las condiciones del mercado internacional.

Las restricciones al sistema financiero dejaron a la banca sin capacidad de respaldar los requerimientos de los procesos productivos.

La hiperinflación sufrió una variación interanual a junio 2020, de 3.500% vs. junio 2019.

No es de extrañar que hayamos pasado de ser un país puntal en Latinoamérica, a ser hoy la economía más pequeña. De acuerdo a la Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI) 2020, los niveles de pobreza en Venezuela, dejaron de hacerla comparable con sus pares latinoamericanos, ubicándola entre los países más pobres del mundo, con cerca de un 80% de venezolanos en pobreza extrema que no pueden cubrir la canasta alimentaria.

El salario mínimo equivale aproximadamente a 1 dólar y medio por mes, cifra muy inferior a los 1,25 dólares diarios fijados en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. Estos números hablan por sí solos, desnudando el hambre y la pobreza que crecen sin freno en nuestras calles.

Las cifras de desnutrición son alarmantes. El 74% de los hogares vive en inseguridad alimentaria de moderada a severa y el consumo proteico promedio sólo llega al 34%. Ningún programa gubernamental de distribución de alimentos resuelve esta condición. La situación empeora en materia de educación. 40% de los niños y jóvenes no asiste a clases por falta de servicios, alimento, transporte o ausencia de maestros. Los precarios índices educativos impiden al estudiantado contar con formación adecuada para abordar el presente y adquirir las herramientas que requiere el futuro.

El colapso de los servicios públicos se manifiesta en 75% de hogares que no reciben servicio de agua a diario, con suerte unos días a la semana o al mes.

El colapso del sistema de salud compromete la vida de los ciudadanos, en especial los que padecen enfermedades crónicas. A esto se suma el impacto del COVID-19 que ha desbordado hospitales y centros de salud, copando además hoteles y otros espacios públicos.

La CEPAL declaró que Haití y Venezuela son los países “más vulnerables” ante los efectos de la pandemia, dada la escasa capacidad de respuesta para atender la emergencia sanitaria.

Todo esto ha ocurrido a la vista de un Estado desmantelado, incapaz de planificar ni aplicar un esquema ordenado de decisiones coherentes en política económica.

El protagonismo e intervencionismo han hecho del Estado un actor extremadamente ineficaz en el cumplimiento de sus cometidos fundamentales en materia de servicios públicos, educación, alimentación, salud, empleo, seguridad y justicia.

Es además su deber garantizar un ambiente propicio a la inversión del sector privado, con políticas públicas coherentes y visión a largo plazo que respete la libre iniciativa y la propiedad privada; derechos reconocidos universalmente como piedras angulares en el crecimiento económico y prosperidad de un país.

Es por ello que los empresarios no podemos sentarnos a esperar que ocurran los cambios políticos necesarios para comenzar a trabajar en procura de una Venezuela productiva. Estamos llamados a presentar propuestas de solución ante la crisis y promover desde nuestra autonomía e independencia, los espacios y condiciones para que se dé el viraje definitivo hacia una Venezuela próspera y de progreso. FEDECAMARAS no puede permanecer expectante ante el grito que exige solución a los problemas en el término inmediato. De allí, nuestra propuesta: “Por una Nación incluyente y productiva”, que convoca a todos los actores de la sociedad a definir en comunión el modelo de país que necesitamos.

Hemos formulado el llamado a un gran Acuerdo Nacional que sea la semilla de una agenda conjunta y modele el concierto necesario para una reforma estructural que nos permita, una vez superada la pandemia, poner en marcha la reactivación económica y un camino de progreso y bienestar para Venezuela.

El pasado 29 de mayo, dimos un primer paso al suscribir un Manifiesto Bipartito con las organizaciones sindicales de trabajadores, para planificar un retorno seguro a la actividad, mejorar sus condiciones de vida y emprender juntos la reactivación y reconstrucción del país; todo, en el marco del diálogo social promovido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Para construir un nuevo modelo de país, necesitamos desarrollar el Acuerdo Nacional propuesto, en un marco de acción inclusivo que cuente con la amplia participación de los actores de la sociedad. Deben abrirse los espacios para los acuerdos políticos, donde cada actor pueda asumir el rol que le corresponde, concientizando la necesidad de privilegiar al país por encima de ideologías o intereses partidistas, garantizar una gestión pública eficiente con rendición de cuentas, sin corrupción, y con el objetivo superior de satisfacer las necesidades ciudadanas.

Tenemos que asumir el desafío de la reconciliación. Debemos aprender a sanar las heridas y dejar atrás los sentimientos de odio y venganza que nos han dejado más de dos décadas de pugna política, pero sobre todo, reconocernos como venezolanos y emprender una transición hacia la democracia plena, con instituciones incluyentes, hacia la paz, en paz. La transición es imposible sin inclusión. La inclusión no es un favor ni una dádiva: es el reconocimiento de cada individuo como centro de la existencia de la sociedad.

Otro escollo a superar es la pérdida de confianza y del diálogo social, cruciales para garantizar inversión, seguridad jurídica y gobernabilidad. La salud y la economía podrían ser los primeros temas de interés común para abordar el diálogo en una agenda de país.

Es también fundamental el consenso en el sector político para canalizar el financiamiento internacional, obtención de ayuda humanitaria y herramientas para el desarrollo productivo.

Finalmente, para construir un país en el que ciertamente todos cabemos, se impone un compromiso de “no violencia”. FEDECAMARAS está en contra de la violencia sin importar su origen. Sólo un entorno pacífico garantizará la evolución del país hacia un ejercicio de soberanía popular, mediante la mejor herramienta de la democracia, que es el voto.

Es menester la reactivación económica después de la prolongada hibernación impuesta por la pandemia.

No compartimos el modelo centralista ni rentista que trajo este desastre a nuestra puerta. Pero, tampoco queremos un modelo que limite nuestras libertades políticas, económicas y sociales en función de la centralización del poder y el control de la sociedad, nos negamos a transitar hacia un modelo como el chino o vietnamita.

Sugerimos un modelo propio, pensado y acordado por y para los venezolanos, un modelo sobre el cual la capacidad labre destino y prosperidad, con base en el esfuerzo propio, la innovación y el trabajo. Un modelo de desarrollo sustentable, con democracia, progreso y justicia social que cumpla con estos objetivos:

  1. Que genere riqueza, para afrontar el reto de erradicar el hambre y la pobreza.
  2. Que brinde soluciones a los problemas del país y alivie la angustia y padecimientos de los venezolanos.
  3. Que permita el espacio para los valores intrínsecos de la venezolanidad: la solidaridad, la creatividad, el compromiso y el trabajo digno.
  4. Que garantice una efectiva inclusión de todos los ciudadanos en todos los ámbitos, con igualdad de acceso y oportunidades.
  5. Que permita recuperar la capacidad adquisitiva del salario, una pensión justa, formación acorde con las demandas económicas y tecnológicas, y que fomente el espíritu de emprendimiento.
  6. Que atraiga la inversión, con visión de competitividad e internacionalización.

El único proyecto político que apoyamos en FEDECAMARAS es el que respeta los derechos humanos y constitucionales que enarbolan la vida, el acceso a la salud, la educación, la alimentación, el respeto a la propiedad privada y la libre iniciativa, el derecho al voto; en fin, libertades plenas en lo político, económico y social.

La sociedad que queremos no es compatible con la existencia de persecución y represión, con la permanencia de presos de conciencia o con el desmantelamiento de los partidos políticos. Tampoco es cónsona con un esquema que trata de llenar vacíos funcionales sin capacidad de apoyar al ciudadano frente al hambre y la mengua. La gravedad de Venezuela sólo puede tratarse mediante un acto de grandeza y dimensión de cada venezolano, en el cual el interés del país se anteponga a cualquier ambición o agenda particular.

Corresponde a los actores políticos llevar a cabo sus propios ejercicios de conciencia y voluntad para destrancar el juego. Exigimos hacer un alto para poder conducir a Venezuela, junto con las fuerzas vivas, hacia una senda de crecimiento, democracia, paz y justicia social.

Exigimos, porque hemos puesto al servicio del país todas nuestras capacidades y asumimos el rol que nos corresponde en la construcción de una Venezuela que resurja hacia la modernidad, hacia los retos del mundo post-petrolero, hacia los exigentes escenarios de la tecnología, la innovación y los intercambios de información.

Exigimos, porque el rol de ustedes como actores políticos en el mapa de la reconstrucción del país, no es alternativo o variable: es una obligación y un deber inexcusable.

En FEDECAMARAS, los invitamos a no perder la esperanza. Sigamos luchando con trabajo honrado, con el orgullo de ser empresarios, por la construcción de una Venezuela próspera, moderna, competitiva, incluyente y productiva, que nos devuelva la sonrisa a partir del éxito personal y colectivo.

Muchas gracias.

CEPAL: «La búsqueda de mayor productividad y eficiencia debe llevar a una transformación sustentable e inclusiva»

CEPAL: «La búsqueda de mayor productividad y eficiencia debe llevar a una transformación sustentable e inclusiva»

Giovanni Stumpo, jefe de la unidad de Inversiones y Estrategias División de Desarrollo Productivo y Empresarial de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), participó en la 76 Asamblea Anual de Fedecámaras y mostró un panorama no muy esperanzador sobre cómo la economía y las actividades mundiales se han visto afectadas por la pandemia a lo largo del 2020.

Según Stumpo, la economía internacional tendrá su mayor caída desde la segunda guerra mundial; pues el PIB per cápita podría disminuir en 90% de los países.

El vocero del CEPAL indicó que el impacto más fuerte se vería en el sector turismo, hoteles y restaurantes, industria cultural tradicional, comercio, reparación de bienes, transporte, moda, vehículos automotores y partes.

“El cierre del 2020 pudiera significar una década perdida, el PIB per cápita retrocede 10 años y los niveles de pobreza retroceden 14 años” señaló.

La comisión estima que en los próximos 6 meses pueden dejar de funcionar 2,7 millones de empresas formales en la región, siendo las más afectadas las microempresas. Dejando una pérdida de 8,5 millones de puestos de trabajo formales solo por el cierre de esas empresas

“El proceso que tiene que empezar hoy en América Latina para reconstruir la economía, es construir mejor, hay que pensar en términos distintos respecto al pasado”, con esto se refiere a que la producción debe llevarse a cabo de manera diferente.

Esta crisis en realidad golpea una estructura productiva y empresarial que tiene debilidades que están acumuladas desde hace décadas, “si miramos solo los últimos 20 años podemos ver que, en términos de contribución al crecimiento del PIB en América Latina, sólo del 24% del crecimiento se explica a través del crecimiento de la productividad el resto ha sido solo a través de incorporación de empleo” aseveró Stumpo.

¿Cómo se llevará a cabo la reactivación de la productividad?

La reactivación de la producción implica importantes cambios en las empresas, según el vocero del CEPAL, cambios que pueden ser definitivos. El principal cambio es la seguridad de trabajadores y clientes como lo son los cuidados de salud e higiene individuales en todo momento.

En cuanto a la reorganización de la producción destacó varios puntos claves:

  • Ajustes de la logística interna para incrementar la eficiencia
  • Creación de tablero de mando virtual
  • Reorganización de la fuerza laboral, es decir un modelo híbrido entre en teletrabajo y las actividades presenciales
  • Aceleración de la incorporación de tecnologías digitales

En cuanto a modelos de negocio los cambios posibles son: 

  • Mayor seguimiento de la evolución de la demanda
  • Mayor interacción con clientes y proveedores para adaptar productos y servicios a las preferencias de los consumidores
  • Reorganización de la cadena de proveedores y la seguridad como factor de diferenciación importante

CEPAL indica que muchos de los cambios en materia laboral ocasionados por la pandemia se van a quedar permanentes, y que la demanda mundial se reactivará con grandes diferencias sectoriales.

“La búsqueda de mayor productividad y eficiencia debe llevar a una transformación sustentable e inclusiva” afirmó Giovanni Stumpo, jefe de la unidad de Inversiones y Estrategias División de Desarrollo Productivo y Empresarial de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Es por esto que las tecnologías digitales y la búsqueda de mayor sostenibilidad ambiental tendrán un rol cada vez mayor en el desarrollo de la economía mundial.

Sin embargo, asegura que una reconstrucción de abajo hacia arriba de un país requiere del rol de la empresa privada, “sin la inversión de la empresa privada no hay incremento en la productividad” asegura.

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CAF: “Tenemos la voluntad de trabajar con el sector privado y el sector público de Venezuela”

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“El rol de la empresa privada en la recuperación económica post pandemia”, fue el tema a desarrollar por Luis Carranza Ugarte, presidente ejecutivo del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) en la 76 Asamblea Anual de Fedecámaras.

“Estamos ante una gran recesión internacional, los estimados de caída del PIB mundial para este año están entorno al 5%”.

El Fondo Monetario Internacional estima que Estados Unidos tendría una caída en su PIB que ronda el 8%, la zona europea un 10% y América Latina tendría una caída de su PIB de entre el 9 y 9,5%.

“Hay que resaltar que todavía existe una gran incertidumbre sobre esto, porque el elemento esencial de riesgo que es la pandemia aún no está controlado”, indicó Carranza.

En el ámbito interno, el shock ha sido muy importante, porque ha significado una caída de la oferta y la demanda y porque tenemos grandes debilidades estructurales en nuestro sistema productivo, en la informalidad de la economía y en la brecha digital que ahora se ha visto más amplia y relevante, manifestó el presidente ejecutivo de la CAF.

Aseveró que la recuperación PIB per cápita puede tomar hasta el 2025, lo que significaría unos 5 años perdidos a nivel global. Va a depender mucho en el proceso de recuperación la solidez de las finanzas públicas y de los sistemas financieros.

El rol de la empresa en la recuperación post pandemia

El presidente ejecutivo de CAF explicó que la unidad de producción de bienes y servicios en una economía, es la empresa privada, y en función no sólo de cuánto empleo genera, sino de cuánta inversión produce y que tan eficiente es mezclando estos factores productivos, es que vamos a tener mayor o menor crecimiento.

“Nuestras empresas en América Latina están sufriendo por la restricción, pero también por la caída de demanda y se requiere en estos momentos una política monetaria. Si no tenemos políticas públicas definidas para reducir la desigualdad y la pobreza, vamos a tener vulnerabilidad política, porque las sociedades con alta desigualdad, tienden a ser sociedades con volatilidad”, añadió.

¿Cómo puede ayudar la CAF a Venezuela?

CAF básicamente es un banco de desarrollo que tiene la vocación de ser socio de los países. Tiene más de 50 años de vida institucional y tiene como finalidad de ser un apoyo para naciones.

Cuándo surge la pandemia en América Latina se puso a disposición de todos los países fondos de cooperación técnica no reembolsables, “en el caso de Venezuela, se otorgaron fondos por 750 mil dólares, canalizados a través de la OPS para atención inmediata de la emergencia” manifestó.

“Venezuela es importante no solamente porque es un país fundador, sino porque nuestra sede institucional está en Caracas y dentro de nuestra corporación late un corazón que es mitad venezolana”. expresó Carranza.

Indicó que la CAF está dispuesta y tiene la mejor voluntad de poder trabajar con el sector privado y el sector público para retomar la senda del crecimiento.

Añadió que ahora mismo se tienen operaciones de cooperación técnica que se están llevando adelante no solo en temas sanitarios, sino también en el fortalecimiento institucional de las confederaciones empresariales del país. Venezuela tiene créditos antiguos con la CAF que siguen vigentes y que en función de hitos que se completen, pueden seguir desembolsando para apoyar a la Nación.

Sin embargo, aseveró que son un banco de desarrollo que tiene como miembro a los países y dependen de lo que los países decidan, es por eso que “la realidad se impone” y la realidad es que algunos países en el directorio de CAF no reconocen al gobierno del presidente Maduro y reconocen al presidente Guaidó como presidente de la Asamblea Nacional encargado.

“En CAF para hacer nuevos desembolsos de crédito que puedan apoyar un proceso de reconstrucción y de apoyo en la emergencia sanitaria, necesitamos un consenso mínimo en Venezuela para poder aprobar en el directorio un nuevo desembolso” explicó Carranza.

Afirmó que tienen la mejor voluntad de poder colaborar con el sector privado en Venezuela para recuperar el crecimiento económico.

Si las fuerzas políticas (gobierno y oposición) logran un consenso, para solicitar un crédito, la CAF estaría en condiciones para elevar al directorio un desembolso y aprobarlo.

En este sentido manifestó que Venezuela necesita de otras condiciones adicionales para acelerar el proceso de recuperación, pues desde su punto de vista no puede haber un cambio económico si no se da un cambio social significativo.

Otro aspecto que puede ayudar en la recuperación post pandemia es que se convierta en una nación atractiva para inversionistas. “Venezuela requiere estabilidad macroeconómica, seguridad jurídica y condiciones de bienes públicos. Esas son las tres grandes áreas que requiere un inversionista” finalizó.

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