Sendas de consenso para la reconstrucción democrática de Venezuela

Jul 12, 2019

En la 75° Asamblea Anual de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (FEDECÁMARAS), se instaló un ciclo de conversatorios denominado, “Venezuela: El gran reto”, dirigidos por el maestro de ceremonia, el periodista Pedro Penzini, en el Paraninfo Luisa Rodríguez de Mendoza de la Universidad Metropolitana.

Durante la jornada se plantearon diversos retos enfocados en cómo superar la crisis económica, política y social que vive Venezuela. El primero de ellos, “Superar la crisis agroalimentaria con efectos humanitarios”, donde se presentaron propuestas del sector privado, moderado por la periodista Jessica Morales.

Aquiles Hopkins, en representación del sector primario, consideró datos de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), que actualmente refleja que 80% de los hogares venezolanos se encuentra en inseguridad alimentaria, donde, “66% de los venezolanos comemos dos o menos veces al día”.

“En estos momentos, en el mejor de los casos, con los productos hechos en Venezuela podemos decir que abastecemos el 20% de lo que fue el consumo nacional de alimentos. Si sumamos lo que se estuvo importando en el 2018, entre lo que se importa y se produce en Venezuela, abastecimos un 40% del consumo”, explicó en relación a la producción primaria.

El presidente de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro), aseveró que, “son 12 años de caída sostenida de la producción nacional agropecuaria”, donde el campo venezolano ha quedado devastado, siendo la primera fuente generadora de empleo, bienestar y condiciones de vida de al menos 17 estados del país, que tienen como primera actividad la agricultura y la ganadería.

Sin embargo, de existir una transición democrática, afirmó que, “en el primer año, estamos en la capacidad de crecer 150% en producción nacional y en 5 años, estar abasteciendo el 70% u 80% del consumo nacional de alimentos con producción hecha en Venezuela”.

Desde la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea), se mantienen optimistas frente a la crisis, porque la industria está en la capacidad de revertirla, sostuvo su presidente, Manuel Felipe Larrazábal.

“Lo Hecho en Venezuela es totalmente posible, y además es una necesidad que no debe postergarse más, porque de eso depende el futuro de todos los venezolanos. Un país con una industria nacional fuerte es un país capaz de alimentar a sus ciudadanos, darle empleo estable a su gente y generar recursos para pagar lo que no es capaz de producir nacionalmente”, puntualizó.

El presidente de Cavidea aseveró que, “hay es que volver a confiar en nosotros, en Venezuela”. Asimismo, consideró que, ahora el país requiere de una política audaz de recuperación del poder de compra de los venezolanos, que permita impulsar el consumo y reactivar al sector productivo nacional. Estas nuevas líneas de acción con base en la realidad que vive actualmente el país, presentadas por Larrazábal, apuntan a:

  1. Recuperar el ingreso real de los venezolanos y asistencia focalizada en los grupos vulnerables
  2. Reactivar el aparato productivo nacional y el tejido comercial del país, mediante la recuperación de la confianza en el país y la promoción de la inversión pública y privada
  3. Recuperar los servicios públicos (luz, agua, salud, combustible, trámites) con planes focalizados para la cadena agro-productiva
  4. Recuperar la producción agrícola nacional en rubros donde somos competitivos
  5. Atender el problema de la deuda comercial adquirida con los proveedores internacionales durante el control de cambio y tener acceso al financiamiento en bolívares a través de la banca privada
  6. Eliminar controles que retrasan y encarecen las labores de producción y comercialización
  7. Defender lo “Hecho en Venezuela”, que genera fuentes de empleo estables y es lo que prefieren los venezolanos

Para Carlos Carvalho, presidente de la Asociación Nacional de Supermercados y Autoservicios (ANSA), la situación del sector es desalentadora, “pese a que los anaqueles se están llenando, no hay poder adquisitivo”.

“En el pasado nos preocupábamos por llenar anaqueles porque se vaciaban rápido, hoy nos preocupamos porque en los anaqueles se quedan los productos”, expuso. En este sentido, explicó que, “el deber ser es que haya una fluidez entre los que nos compran y quienes nos despachan los productos (…) situación que genera incertidumbre a futuro al momento de reponer mercancía”.

Recordó la Venezuela de avanzada, cuando era ejemplo del continente en el sector y aspiró volver a ese país pronto, haciendo un llamado a la unión.

Ante las abolladuras de un sector productivo desolado por políticas poco progresistas, en el panel moderado por el periodista Víctor Amaya, se planteó el reto de “Retomar la senda de crecimiento económico”.

El presidente de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), Adán Celis Michelena, detalló según la Encuesta de Coyuntura Industrial I Trimestre 2019 que, “en los últimos 20 años se han perdido cerca de 10 mil empresas, quedan 2 mil 600 y de seguir con esta situación económica, estamos en riesgo de perder 500 empresas más”. Aunado a que dichas empresas están trabajando al 18% de su capacidad, “con un riesgo de bajar al 15%”.

A juicio de Celis, los empresarios tienen una oportunidad con la sociedad venezolana de romper con la idea implantada por el Estado de “guerra económica”, acercándose activamente y sensibilizándose con los ciudadanos.  “La gente está obstinada que le digan lo mal que está, la gente necesita que le digan cómo salen de la situación donde está”, enfatizó.

En la intervención del presidente del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), Felipe Copozzolo, puntualizó que en los últimos 4 años se ha generado una contracción del 75% del producto interno bruto (PIB) del comercio.

Indicó que hay una gran cantidad de comercios inoperativos en una situación país donde se ha vuelto inviable la actividad comercial. “Estamos en la tormenta perfecta para que la actividad comercial sea desarrollada por pocos”, acentuó.

Sin embargo, aseguró que, “el sector comercio está preparado moralmente y en equipamiento para poder rendirse productivo al país y dar el servicio que todos los usuarios y consumidores están esperando”. Detalló 2 premisas para reconocer en el proceso:

  1. La historia de Venezuela tiene episodios de solución de conflictos en aras del avance. Y en esta oportunidad, es importante un pacto entre todos los sectores, donde el venezolano esté primero.
  2. Se necesita un cambio de mentalidad e idiosincrasia del producto que Venezuela ofrece al mundo, dejar de ser un país rentista y entrar a otro esquema, sobre todo en la relación petrolera.

En representación de las fedecámaras regionales, Ricardo Berríos, dijo que debían convertirse en el brazo articulador de las fedecámaras nacionales, por lo que, “debemos generar una incidencia directa con la sociedad civil no empresarial hacia los partidos políticos, una relación directa con el gobierno nacional, regional, municipal y con el futuro, con las universidades, cámaras bases y asociaciones de los sectores primarios, industrial, comercio y servicio”.

Desde las regiones, hay 3 roles por desarrollar:

  1. Rol articulador, promotor de inversiones, con procesos de innovación y tecnología para generar competitividad.
  2. Rol de líder, representando al empresariado regional y ampliando las bases de incidencia, generando consensos.
  3. Rol protagónico como participante activo en los planes de desarrollo del país.

El primer vicepresidente de Fedecámaras, Carlos Fernández, moderó el tercer reto de la jornada de conversatorios, “Superar la crisis social del país”.

Anitza Freitez, directora de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), presentó el proceso generalizado de empobrecimiento de la población venezolana, el deterioro al acceso de los servicios públicos por efecto del desmantelamiento de la capacidad institucional, tanto a nivel educativo, alimentación, salud, por nombrar los flagelos más visibles.

Seguidamente, señaló que las nuevas generaciones vivirán menos que las anteriores, puesto que, “se ha perdido 3,5 años de esperanza de vida en la generación venezolana”.

A su vez, Freitez explicó que, pese al panorama desalentador, “es posible salir adelante con una política social que introduzca cambios con respecto a lo que han sido las prácticas en los últimos 20 años; donde la política social debe estar basada en un enfoque de derechos y no de favores y el Estado debe garantizar los derechos sociales, que en este tiempo se han utilizado en promover la permanencia del gobierno en el poder, utilizándose como un mecanismo de chantaje político, de control”.

La gerente general de Movimiento Mi Convive y Alimenta la Solidaridad, Giorgina Cumarin, consideró que, cuando se trata de implementar políticas sociales, hay que pensar en el valor agregado que se ofrece a la vida que se quiere impactar.

Destacó el “no asistencialismo, corresponsabilidad, empoderamiento y transformación”, como norte clave en el desarrollo de estos programas sociales. Además, de una visión integral donde una multiplicidad de actores pueda construir soluciones y que no vengan de un solo lado, para que puedan ser soluciones efectivas.

Por su parte, Ignacio Moreno León, director general del Centro de Estudios Latinoamericanos Arturo Uslar Pietri de la Universidad Metropolitana (CELAUP / UNIMET), dijo que, el colectivo está reclamando productividad y bienestar social.

“Hay que entender donde estamos y hacia donde debemos ir (…) potenciando el voluntariado empresarial y el apoyo de instituciones como la iglesia católica”, en miras de un acuerdo nacional donde se consideren, “los valores de capital social, desarrollo humano y bajos niveles de corrupción”, especificó.

Afirmó: “la mejor controlaría que hay es un ciudadano bien informado (…) Hay que hacer ciudadanía para tener democracia participativa y protagónica”.

Seguidamente, el reto “Superar la crisis política del país, garantizar la gobernabilidad”, fue moderado por la periodista Aymara Lorenzo.

“Tenemos la tentación de considerar que ningún otro momento de la historia se parece al actual, (…) y como protagonistas de este momento es legítimo que lo pensemos así”, expresó la historiadora, Inés Quintero. Pero, “hay que considerar que esos venezolanos que vivieron las confrontaciones políticas del siglo XX, pensaron que a ellos les había tocado el peor momento de la historia”.

En este sentido, hizo énfasis en que, si los venezolanos del pasado encontraron vías de entendimiento, “los venezolanos del presente podremos también lograrlo”. “La historia es una demostración de que así ha sido”, subrayó.

De acuerdo con Quintero, “la historia no se repite, cada momento histórico tiene su particularidad”, y si tuviera que rescatar una experiencia del pasado, seria “correr con los costos que significa negociar, porque ninguna negociación se hace sin pérdidas”. Y una de las contradicciones del presente, “es el querer ganar todo, y eso no cabe en una oportunidad de diálogo”.

El director de la encuestadora Delphos, Félix Seijas, expuso que, en el país un 90% de la población venezolana quiere un cambio político lejos del chavismo, y el otro 10%, considera el cambio dentro del mismo.

Seijas explicó que el 25% de los venezolanos se define como chavistas, la mitad de estos, como chavistas y además maduristas, y la otra mitad viene siendo, lo que él llama “chavismo blando”, que son los venezolanos que se definen como chavistas pero que no apoyan a Nicolás Maduro. “Estamos hablando de la cuarta parte del país, y es muy difícil avanzar o progresar en paz ignorando a este porcentaje de la población, lo que hay que entender es por qué esta parte de los venezolanos está aferrada a aquello”, agregó.

Por lo tanto, consideró que, la labor del no chavismo, de quienes quieren recuperar las libertades de un sistema democrático, es que cada quien, desde su área, trabajen en proyectar el cambio que requiere el país.

Asimismo, describió la realidad de que, “existe una tendencia del 40% a aceptar el autoritarismo, otro 40% que no está dispuesto a ceder libertades y un 20% utilitario que va a estar donde puede haber comida”.

Lo que es seguro, es que la mayoría del país quiere elecciones y salidas en paz. “Hay una Venezuela que quiere una salida pacífica, que confían en un cambio, pero son cautos”, aseveró.

Bajo la premisa de un cambio democrático, Ramón Guillermo Aveledo, analista político, aseguró que este va a ser, “cualitativamente enorme y nos va a colocar ante grandes responsabilidades, porque cuando de democracia se trata, todos los actores de la sociedad somos protagonistas”.

Respecto a la gobernabilidad y gobernanza, las definió como, “un equilibrio entre el gobierno y la confianza”, es decir, proporción de instituciones, reglas, interacción entre gobernantes y gobernados, para solucionar problemas y generar oportunidades.

Y, la gobernabilidad democrática es la ecuación de equilibrio con dos datos principales, que no son opcionales:

  1. Asumir la realidad de una sociedad plural, que es diversa en su seno. “La sociedad de solo los que son como yo, es una equivocación radical”, añadió.
  2. Entender que la pluralidad necesita ser expresada, trata de influir y exige reconocimiento en libertad democrática.

“Se ha cometido el error de ignorar al otro, implementar una ideología equivocada e impuesta, (…) cuando se requiere la búsqueda de consensos y reconocimiento de los conflictos”, aseveró.

Finalmente, el reto de comprender el rol del sector privado y del Estado para “Superar la crisis económica venezolana”, conversatorio moderado por Pedro Penzini.

Para la economista, Tamara Herrera, “estamos en el aparente umbral del inicio de un cambio, el cual sería crucial que ocurriera, (…) porque estamos frente a una economía exhausta, los habitantes están exhaustos, el país está exhausto”, recalcó.

Sin embargo, comparte la idea, “de que los que están son más que los que no están, somos más los que nos mantenemos esperanzados y seguimos buscando la manera de insistir y ver cómo lograrlo, (…) adaptándonos a retos muy difíciles”.

“Son inconmensurables los espacios de reconstrucción que hay que tomar en el país”, considerando que, “la economía venezolana puede caer a cifras sin precedentes, cercana al 40%, no solo por la caída prolongada en la industria petrolera, sino también la no petrolera y la comercial”, explicó la directora de Síntesis Financiera.

Richard Obuchi, economista, hizo referencia a una experiencia económica del Banco Asiático de Desarrollo, donde se concluyó que, “no hay forma de que un país pueda generar prosperidad para sus habitantes y no hay manera que se puedan superar los niveles de pobreza sin contar con un sector privado que invierta. No hay un país que pueda crecer solo con la inversión pública”.

De esta manera, rescató datos recientes del Banco Central de Venezuela (BCV), referentes al PIB donde indican que, “por primera vez en la historia económica del país, el sector público contribuye más al PIB, que el privado”, lo que está vinculado a la debacle económica”, aseveró el director de ODHGC.

En este sentido, expuso que el desafío futuro es ver cómo construir un nuevo entendimiento entre el sector público y privado, donde ambos puedan invertir, generar empleo, nuevos bienes y servicios, para cumplir con el compromiso sea la prosperidad económica. Dijo, “si no hay mecanismo para la inclusión social, vamos a padecer las mismas dificultades en el futuro”.

Freddy Rojas Parra, expresidente de Fedecámaras, manifestó que en Venezuela hace falta un programa con enfoque integral, es decir, fiscal, monetario y cambiario; pero, sobre todo, un enfoque microeconómico, “no de parches para remendar, sino con estrategias y programas para construir”.

“Creo que el Estado hoy luce desarticulado, debilitado y con menos aporte (…) En Venezuela las ansias de libertad son parte de una oportunidad para asumir la responsabilidad ciudadana y el compromiso”, expresó.

A su juicio, mencionó que, “Venezuela debe desprenderse del tutelaje del Estado” y desarrollar estrategias dirigidas a generar más tecnología, eficiencia, competitividad e instituciones fuertes. “Somos una economía vulnerable a los choques externos, por eso necesitamos también estrategias internacionales”, agregó.

 

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