Tras una crisis sin precedentes en el mercado laboral, se espera una recuperación incierta y desigual

Ene 25, 2021

Comienzan a vislumbrarse signos de recuperación en los mercados de trabajo de todo el mundo frente a los efectos adversos sin precedentes que produjo en ellos la pandemia de COVID-19 en 2020, según el último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Las nuevas estimaciones anuales de la séptima edición del Observatorio de la OIT: la COVID-19 y el mundo del trabajo, ponen de manifiesto efectos adversos generalizados en los mercados del trabajo a lo largo de 2020.

Según esas estimaciones, a lo largo del pasado año la cantidad de horas de trabajo a escala mundial se redujo en un 8,8% (con respecto al cuarto trimestre de 2019), equivalentes a 255 millones de empleos a tiempo completo.

Esta pérdida es aproximadamente cuatro veces mayor que la que provocó la crisis financiera mundial de 2009.

Dicha pérdida de horas de trabajo obedece a la reducción de horas de trabajo de personas ocupadas, o a la disminución «sin precedentes» del nivel de ocupación, que afectó a 114 millones de personas.

Una pérdida de esa magnitud

La disminución de la ocupación (81 millones de personas) constituyó, en el 71% de los casos, una salida de la fuerza de trabajo, más que del desempleo propiamente dicho; es decir, se produjo una salida del mercado de trabajo por no poder trabajar, probablemente debido a las restricciones de la pandemia, o porque las personas afectadas dejaron de buscar trabajo.  

El análisis del desempleo por sí solo subestima drásticamente el impacto de la COVID-19 en el mercado laboral.

Estas pérdidas generalizadas provocaron una disminución del 8,3% de los ingresos provenientes del trabajo a escala mundial (antes de que aplicaran medidas de apoyo para garantizar los ingresos), equivalente a 3,7 billones de dólares de EE.UU, o al 4,4% del producto interno bruto (PIB) mundial.

Efectos por grupos y sectores

Las mujeres se han visto afectadas en mayor medida que los hombres por las consecuencias adversas de la pandemia en el mercado laboral.

A escala mundial, la tasa de ocupación de las mujeres se redujo en un 5%, frente al 3,9% en el caso de los hombres.

En particular, las mujeres tienen muchas más probabilidades que los hombres de salir del mercado de trabajo y de dejar de formar parte de la fuerza de trabajo.

Los trabajadores más jóvenes también se han visto particularmente afectados, ya sea por la pérdida de empleo, la salida de la fuerza de trabajo, o la incorporación tardía a la misma.

Las tasas de ocupación de los jóvenes (de 15 a 24 años) disminuyó en 8,7%, frente al 3,7% en el caso de los adultos.

Ello «pone de relieve un riesgo muy elevado de una generación perdida», según se señala en el Observatorio.

Afectación específica

De igual manera, en el informe se destaca asimismo una repercusión desigual por sector económico, zona geográfica y mercado de trabajo.

Por otro lado, se pone de manifiesto la inquietud de que se produzca una «recuperación en forma de K», es decir, de que los sectores y los trabajadores más afectados se queden atrás durante el proceso de recuperación, lo que daría lugar a una desigualdad cada vez mayor, a menos que se adopten medidas correctivas.

El sector más afectado ha sido el del hotelería y la restauración, en el que la tasa de ocupación se redujo en más del 20%, en promedio, seguido de los sectores del comercio minorista y las actividades de producción industrial.

Por otro lado, la tasa de ocupación en el sector de la información y la comunicación, así como en el de las finanzas y los seguros, aumentó en el segundo y tercer trimestre de 2020.

También se registró un aumento marginal en los sectores de la minería y la extracción de minerales, así como en los servicios públicos.

Mirar al futuro

Pese al elevado grado de incertidumbre que aún existe, de las previsiones más recientes para 2021 se desprende que en la mayoría de los países se producirá una recuperación relativamente sólida en el segundo semestre del año, una vez que los programas de vacunación comiencen a surtir efecto.

En el Observatorio se consideran tres casos hipotéticos de recuperación, a saber, un caso de referencia, el caso más desfavorable, y el caso más favorable.

En relación con el caso hipotético de referencia (basado en estimaciones de octubre de 2020 del Fondo Monetario Internacional), se prevé una pérdida del 3% de las horas de trabajo en todo el mundo en 2021 (con respecto al cuarto trimestre de 2019), equivalente a 90 millones de empleos a tiempo completo.

En el caso hipotético más desfavorable, en la hipótesis de que se produzcan avances lentos en el proceso de vacunación, se prevé una reducción de las horas de trabajo del 4,6%.

En el caso hipotético más favorable, se prevé una reducción del 1,3%.

El control de la pandemia, así como el aumento de la confianza de los consumidores y de las empresas, propiciarían el caso hipotético más favorable.

En todos los casos se prevé que la cantidad de horas de trabajo en las Américas, Europa y Asia disminuya más del doble que en otras regiones.

A continuación, se enumeran las principales recomendaciones en materia de política que se formulan en el Observatorio:

  • Mantenimiento de políticas macroeconómicas flexibles en 2021, y en años sucesivos, en la medida de lo posible mediante incentivos fiscales, y adopción de medidas que fomenten los ingresos y la inversión;
  • Formulación de medidas específicas destinadas a mejorar la situación de las mujeres, los jóvenes y los trabajadores poco calificados que perciben una baja remuneración, entre otros grupos particularmente afectados;
  • Prestación de asistencia internacional a países de ingresos bajos o medianos, cuyos recursos financieros son insuficientes para llevar a cabo el proceso de vacunación y promover la recuperación económica y del empleo;
  • Adopción de medidas de apoyo específicas destinadas a los sectores que se han visto afectados de forma más adversa, y fomento del empleo en los sectores en los que se registran avances a un ritmo más rápido;
  • Promoción del diálogo social para aplicar las estrategias de recuperación necesarias que permitan lograr economías más inclusivas, justas y sostenibles.

«Los indicios de recuperación que vemos son alentadores, pero son frágiles y muy inciertos, y cabe recordar que ningún país o grupo puede recuperarse por sus propios medios», señaló Guy Ryder, Director General de la OIT.

«Nos enfrentamos a una disyuntiva: una opción conduce a una recuperación dispar y no sostenible, con una desigualdad e inestabilidad cada vez mayores, susceptibles de agravar la crisis”, dijo.

“La otra lleva a una recuperación centrada en las personas, con el fin de reconstruir mejor y promover el empleo, los ingresos y la protección social, así como los derechos de los trabajadores y el diálogo social. Si queremos una recuperación duradera, sostenible e integradora, este es el camino que deben seguir los responsables políticos”, expresó Ryder.

Con información de: ilo.Org

Con fotografía de France 24

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