El año 2020 no admite errores, individualismos, ni sesgos políticos

Dic 17, 2019

Caracas, 17.12.19.- Nos encontramos a las puertas de un nuevo año, con la esperanza de la consolidación de los cambios que el país espera y así pasar de la turbulencia vivida, a un proceso de estabilización política, económica, institucional, social y democrática.

A pesar de las circunstancias aquí está Fedecámaras, toda su base gremial y empresarial, luchando sin tregua, para alcanzar el renacimiento de la producción, el empleo, la independencia ciudadana y claro está, el derecho a elegir y vivir en democracia.

El 2020 está signado por la existencia de grandes brechas que retratan a dos Venezuela; por un lado, el país destruido como consecuencia del fracaso de las erráticas políticas públicas y especialmente las económicas; y por el otro, un resurgimiento de la economía influenciada por las fuerzas del mercado que se imponen a las ideologías, y donde la sociedad decidió emprender y prevalecer pese a las constantes vicisitudes. Sus beneficios y oportunidades arropan a toda la ciudadanía.

La invitación para este nuevo año es a continuar siendo, perseverante, resilientes, valientes, a seguir sumando en producción y multiplicando en beneficios al país. 

No nos queda otra opción que luchar por recuperar y preservar a Venezuela. ¡Este país es nuestro, es de todos los venezolanos!

Nos corresponde a los que estamos aquí, y a los que por alguna razón tuvieron que dejar el país, mantener el norte en lograr una mejor Venezuela; próspera, de avanzada, segura, inmersa en las tendencias de la globalización y el mundo moderno.

Urge y es nuestro compromiso seguir promoviendo la reinstitucionalización del país, el impulso de la inversión privada a pesar del asfixiante marco regulatorio y la complejidad presente en el aparato productivo nacional, aunado a la incesante exigencia de rescatar las capacidades de financiamiento de la banca, y así acorde con las necesidades del país poder promover más producción y recuperar la capacidad de consumo del venezolano.

No podemos dejar de mencionar que, por primera vez, de una u otra forma, la economía privada representa una cuarta parte de los ingresos en divisas del país, sin olvidar lo que por vía de impuestos y otros aportes, el sector privado representa; eso significa que aquel mito del rentismo petrolero, está dejando de existir.

A la postre, la industria petrolera ya no constituirá el ingreso central del país, teniendo que ser acompañada de un proceso de diversificación productiva, cambiando la correlación entre la nación, el estado y su gobierno.

Otro elemento importante que en el 2020 tendrá que tomar relevancia, es el rescate del diálogo social como herramienta para canalizar la construcción de soluciones de consenso, de manera de garantizar la verdadera participación de todos los actores de la sociedad en el diseño de un sistema inclusivo y generador de oportunidades para todos en el país.

Es una premisa universal que el nivel de diálogo social de un país es proporcional a su nivel de democracia. 

Asumimos el compromiso de reactivar y recuperar el tejido empresarial, mediante unas reglas de juego claras, que garanticen altos niveles de productividad y competitividad, para lo cual es mucho lo que el estado debe hacer, y así contribuir a la superación de la tragedia humanitaria que vivimos. Pero también, necesitamos una sociedad que valore y aprecie el trabajo, que estimule y premie el esfuerzo individual y colectivo, y que todo ello se traduzca en un mejor estadio de progreso, bienestar y despegue económico, y así recuperar el lugar de referencia que una vez fuimos para toda Latinoamérica. 

Estamos cada vez más comprometidos y más convencidos de nuestra esencia, de nuestros principios y valores, que son la base de nuestro rol en la sociedad.

Valga lo vivido para aprender que los principios no se negocian. El año 2020 no admite errores, individualismos, ni sesgos políticos. todos tenemos que trabajar por una mejor Venezuela.

No podemos detenernos a esperar que las cosas cambien. debemos seguir avanzando, juntos, con la frente en alto y sin descanso, con la activa participación de todos los sectores de la sociedad civil, hasta alcanzar un modelo de país inclusivo que abra las puertas de un mundo de oportunidades y que haga realidad los sueños de todos los venezolanos.

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