El país muere de mengua, seguimos obligados a rescatar el camino de la rectificación

Dic 20, 2016

EL PAÍS MUERE DE MENGUA

Seguimos obligados a rescatar el camino de la rectificación

Caracas, 20.12.16.- Iniciaremos el año 2017 con una población profundamente desesperanzada, que no encuentra en su país un futuro de progreso y bienestar. Venezuela ahora es noticia por los actos vandálicos, los saqueos, el éxodo masivo de conciudadanos, calles llenas de personas buscando en la basura algo qué comer, familiares que viven la angustia de no encontrar los medicamentos para sus enfermos, decenas de personas mueren semanalmente víctimas de la más cruel violencia… Nuestro país muere de mengua, y es que no es fácil vivir las consecuencias de un modelo económico, hoy llamado Plan de la Patria, que sólo ha traído miseria y destrucción.

Por tercer año consecutivo cerramos en crisis y recesión. Que el Ejecutivo se mantenga sin tomar los correctivos necesarios para recuperar al país, raya en lo irresponsable. El exceso de controles y un creciente alejamiento de los principios democráticos, sólo nos ha traído la destrucción del aparato productivo nacional, empresas trabajando al 35% de su capacidad instalada, con una inflación anualizada extraoficial cercana al 500%, niveles de escasez superiores al 80% en productos esenciales de la cesta básica, una caída drástica del ingreso real de los trabajadores de más de un 50%, y por ende, pérdida de la calidad de vida de los venezolanos. El año que está por iniciar no avizora ninguna mejoría de estos indicadores; por ello, estamos obligados a rescatar el camino de la rectificación.

Nuestro país necesita hoy más que nunca, del trabajo de cada uno de nosotros, de nuestro compromiso y de mantenernos firmes en la defensa de nuestros principios: la defensa de la libertad de empresa y de la propiedad privada. No existe país que haya logrado progresar sin el apoyo de sus empresarios.

Recordemos que es la empresa privada la que genera riquezas a una nación, genera empleos decentes, crecimiento, desarrollo social, producción de bienes y servicios para la satisfacción de las necesidades de la población, fortalece las finanzas públicas a través del aporte de ingresos al fisco nacional. El 83% de los recursos del Presupuesto, será generado por el pago de impuestos. Sin duda alguna, necesitamos un tejido empresarial robusto.

La retórica de la guerra económica que insiste en utilizar el Gobierno Nacional, es una excusa para justificar errores en los que han incurrido sistemáticamente, así como también el aprovechamiento fraudulento de lo público, de subsidios que construyen alcabalas, de alcabalas que construyen prebendas que arruinan la hacienda pública y fortalecen los mercados clandestinos.

Una vez más reiteramos que los gobernantes deben dejar de desangrar a nuestro país. Se requiere un marco legal estable, seguridad pública, unificación y despenalización cambiaria, políticas que promuevan la libre competencia y la libre iniciativa, un estado de derecho, justicia, paz, estabilidad política, inclusión social, respeto al orden constitucional. Venezuela requiere un cambio con seriedad en el planteamiento de su política económica, para recuperar confianza y motivar la producción nacional. Urge rescatar lo que dicta nuestra Constitución Nacional.

El Gobierno debe reenfocar sus esfuerzos en brindar servicios públicos de calidad. El Estado debe garantizar salud, educación, seguridad, agua potable, vialidad, transporte público, suministro eléctrico y de gas… en vez de dilapidar recursos en actividades que ha demostrado total ineficiencia: como producir harina, leche, café, cemento, administrar hoteles 5 estrellas, cuyos resultados saltan a la vista.

Necesitamos recuperar la confianza en nuestras instituciones y en los poderes públicos, quienes junto al liderazgo político, deben ser garantes de las salidas constitucionales y democráticas que requiere la pluralidad de la sociedad venezolana. Evitemos que se profundicen los procesos de anarquía ya presentes en el país. Defender la democracia es nuestra obligación y la de todos los venezolanos.

Debemos exigirles a nuestros gobernantes, respuestas a la altura del país. A Venezuela le hace falta líderes políticos con un verdadero apego a la patria, donde los supremos intereses del país deben están por encima de agendas personales. Requerimos gobernantes que le duela la nación. Requerimos líderes que apuesten por un futuro mejor para nuestros hijos. 

Debemos encontrar una manera diferente de hacer las cosas para procurar espacios de conciliación que unifiquen las necesidades, aspiraciones e ilusiones de los ciudadanos.

No nos cansaremos de insistir en que el sector privado es parte fundamental de la solución a la crisis económica y social que estamos viviendo. Estamos dispuestos y comprometidos a contribuir en la formulación de políticas públicas que no solamente incentiven la producción, sino que faciliten el financiamiento de nuevos proyectos de inversión. Para esto es necesario que el Gobierno se abra a nuevos enfoques y modelos de política económica.

Queremos un país de empresas, un país en el que se valore el esfuerzo, no que se criminalice, un país de quienes emprenden e invierten, no de quienes destruyen y saquean. Queremos que cuando los venezolanos piensen en el futuro sientan esperanza, no incertidumbre.

En Fedecámaras, ratificamos nuestro férreo compromiso con los venezolanos y el desarrollo de Venezuela en un marco democrático y productivo, por ello seguiremos Construyendo País y Futuro.

 

 

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