Discurso de la delegación empleadora de Venezuela en la Comisión de Aplicación de Normas desde la OIT

Jun 10, 2017

PALABRAS DELEGADA EMPLEADORA DE VENEZUELA. CAN 106. CONVENIO 122

Estimado Presidente y demás Delegados presentes, nuestro cordial saludo y agradecimiento por estar aquí esta tarde. Estuvimos acá hace 1 año realizando una intervención para mostrar la grave situación del país en cuanto a la vulneración del Convenio No. 122. Un año después, volvemos aquí, simplemente, porque la situación se ha hecho insostenible, pues como veremos a continuación, todos los indicadores del país han desmejorado notablemente. El Gobierno de Venezuela, por su parte, no ha cumplido con el Convenio No. 122 ni con ninguna de las recomendaciones formuladas por esta Comisión en 2016. No ha realizado la consulta tripartita para la formulación de la política de empleo. Tampoco ha constituido la mesa de diálogo tripartito, ni ha aceptado la Misión Tripartita de Alto Nivel que esta Comisión sugirió realizar antes de celebrar esta Conferencia. El Gobierno alega haber sostenido reuniones con el sector empresarial, en una instancia denominada Consejo Nacional de Economía Productiva, a la cual según afirma, asisten algunos empresarios y gremios vinculados a FEDECAMARAS.

Lo cierto es, que FEDECAMARAS no ha sido invitada a participar en dicho Consejo. Los acuerdos que pudieran haberse derivado de la participación de empresarios o gremios de manera individual o sectorial en dicho Consejo, no sustituyen la participación institucional de FEDECAMARAS ni compromete al resto del sector empresarial, en la discusión de los temas transversales o reformas estructurales que el país requiere en materia económica. En todo caso, las medidas que se hubieren podido adoptar en ese Consejo, no han arrojado resultados positivos palpables para la población. Si hubiera un verdadero diálogo ¿cómo se explica el cierre de tantas empresas por falta de materias primas o por inviabilidad económica, o el incumplimiento del Gobierno de obligaciones financieras y comerciales ante el sector empresarial? ¿Cómo se explica la fuerte caída de las importaciones o los altos niveles de desabastecimiento de alimentos y medicinas, que alcanzan en algunos casos, 80 o hasta 100%? Para finales de 2017, se estima una contracción acumulada del PIB en 4 años, por encima del 30%. Las importaciones, al cierre de 2016, se redujeron en 45%. Nuestra capacidad productiva ha mermado en 60%. Cada día cierran más empresas. Según la última estadística oficial de fuerza de trabajo INE, de abril de 2016, se perdieron en 1 año, casi 110 mil empleadores y 224.500 puestos de trabajo. No existe estadística más actualizada. A abril de 2016, la población económicamente activa cayó en 198 mil personas, con una importante disminución en los segmentos de mujeres y jóvenes entre 15 y 24 años. La población económicamente inactiva aumentó en 612.000 personas.

Desde el año pasado, el Gobierno nada ha hecho para mejorar la situación, y los indicadores han desmejorado dramáticamente. Tenemos una inflación estimada al cierre de 2016, entre 500% y 600%, la mayor del mundo. El Indice IPCAN creado por la Asamblea Nacional, a mayo de 2017, refleja una inflación acumulada de casi 128%. Son estimaciones, pues hace 17 meses que no se publican los principales indicadores oficiales macroeconómicos. Según la CEPAL, de la inversión extranjera directa que entró a Latinoamérica en 2015, por 134 mil millones de dólares, Venezuela sólo recibió US$ 2 mil seiscientos millones (1,9%). No es por accidente que veamos entonces a más de 45 empresas transnacionales en 2016, declarar pérdidas en sus balances, por sus operaciones en Venezuela o cesar definitivamente sus actividades en el país. En las últimas 2 semanas, otras 4 transnacionales anunciaron el cierre, arrastrando más de 5.000 puestos de trabajo.

LAS CIFRAS HABLAN POR SÍ SOLAS. Son una muestra de la total ausencia de diálogo social para el diseño de una política coordinada de empleo, conforme al Convenio 122. Venezuela se encuentra, más allá de lo económico, en una crisis política y social, en el límite de una crisis humanitaria. Muchos venezolanos mueren por falta de medicinas y 9,6 millones de venezolanos ingieren dos o menos comidas al día. La Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI) 2016 señala que al 93% de los hogares no le alcanzan los ingresos para comprar sus alimentos y que un 82% de la población vive en situación de pobreza. Asimismo, el 74% de los encuestados afirmó haber tenido una pérdida de peso no controlada, de 8,7Kg promedio, en el último año. Esto es sumamente grave, sobre todo por las consecuencias que ello conlleva, en términos de desnutrición. Un niño que no es bien alimentado en los primeros años de vida, no logrará tener condiciones biológicas adecuadas que lo hagan apto para desarrollarse en el mercado de trabajo en su adultez. Dice la Encuesta también, que el 88% de los jóvenes desearían irse del país en búsqueda de mejores oportunidades. Por ello no extraña que tengamos más de 70 días de protestas continuas en las calles, donde el 80% de los manifestantes son jóvenes entre 14 y 25 años que, a costa de su propia vida, luchan por un futuro que no visualizan hoy en Venezuela. Van más de 70 fallecidos, muy jóvenes en su mayoría.

Le decimos, entonces, al Gobierno: Es hora de acometer un verdadero diálogo social. Exceptuando algunas reuniones de carácter meramente informativo, de corta duración, sin agenda, acciones y objetivos concretos, en realidad, no existe diálogo social. Además, paralelamente, permanecen las amenazas e insultos proferidos contra líderes de FEDECAMARAS, a través de todos los medios de comunicación social del Estado, donde se les acusa de ser asesinos, conspiradores, golpistas o de cualquier otra cosa, por tener posiciones no satisfactorias al Gobierno. El propio Presidente de la República acusó a FEDECAMARAS, recientemente, de “haberse pasado del lado de los fusiles”, por negarse a participar en una Asamblea Nacional Constituyente convocada por el Gobierno, que ha sido cuestionada por distintos actores públicos y privados, entre ellos, la Fiscal General de la República, algunos magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, la Iglesia católica, la academia y otros, y que ha sido objeto también de recursos judiciales de nulidad por inconstitucionalidad.

Queremos aquí ratificar que FEDECAMARAS no se contradice, ni mantiene un doble discurso cuando se ha negado a participar en el proceso constituyente. Insistimos en que no participaremos ni avalaremos un proceso en el que se pretende dictar una nueva Constitución, sin la anuencia PREVIA del pueblo de Venezuela, expresada a través del voto universal, libre, directo y secreto de todos los venezolanos sobre si quieren o no reformar su Constitución. Sin embargo, sí consideramos necesario hablar de los temas que permitan resolver los graves problemas que son de interés común y que afectan a todo el pueblo de Venezuela y aportar nuestros mejores conocimientos para poner en marcha acciones concretas destinadas a la reconstrucción del país, para encauzarlo hacia la senda de progreso y bienestar que merecen todos los venezolanos. En ese sentido, recibimos una invitación del Gobierno para asistir a una reunión en la sede de la OIT y, aunque asistiremos, no creemos que la misma reúna condiciones de diálogo efectivo. De entrada, no conocemos la agenda de la misma. Estamos todos aquí, pero no hemos tenido mayor información sobre ella, más allá de la mera invitación.

En todo caso, lo que FEDECAMARAS quiere discutir no son temas políticos, sin temas como la reactivación del aparato productivo, el abordaje estructural de la inflación, la recuperación del poder adquisitivo del salario, planes para la atracción y mantenimiento de las inversiones, el cese de las ocupaciones forzosas de empresas, el respeto a la libre iniciativa empresarial, todo en estricto apego a la Constitución y a los derechos fundamentales de los ciudadanos.

Así las cosas, con todo respeto, le decimos al Gobierno que necesitamos diálogos que no sean de “mera apariencia”, vacíos de contenido y de soluciones concretas. Es indispensable y URGENTE asumir un proceso de VERDADERO DIÁLOGO SOCIAL efectivo, responsable, serio y legítimo, que permita discutir los asuntos que nos atañen a profundidad y lograr los acuerdos necesarios que contribuyan a la solución de los problemas que padece la población. Es necesario construir las bases de confianza indispensables para un diálogo social efectivo. No es sustentable una política inconsulta de empleo, sobre la base de la inamovilidad laboral y de meros incrementos salariales cada 2 o 3 meses, que la inflación inmediatamente pulveriza, destruyendo el poder adquisitivo de los trabajadores. De otro lado, los empleadores no podemos seguir siendo criminalizados. Nosotros no somos el problema. Somos creadores de empleo y somos parte de la solución.

Es necesario que empleadores y trabajadores participen en el diseño de las políticas públicas que permitan crear las condicionantes básicas para garantizar el sostenimiento de las empresas y de los empleos decentes y así poder ofrecer una vida digna a los venezolanos. FEDECAMARAS siempre ha insistido en la necesidad del diálogo tripartito. Sres. del Gobierno, escúchennos, pero sobretodo escuchen al pueblo de Venezuela que reclama a gritos un cambio de modelo; que exige la solución de sus problemas ya.

En el año anterior, el Gobierno rechazó las Conclusiones de esta Comisión. Creemos que, en este momento, las condiciones del país están dadas para justificar el apoyo de esta casa, activando su contribución para lograr que el Gobierno acepte la solicitud de la Misión de Alto Nivel formulada en 2016, o la asistencia de la OIT para la conformación de la mesa de diálogo tripartito. Solicitamos a esta Comisión se sirva recomendar que, de no ser aceptado así por el Gobierno en el marco de esta Conferencia, en el próximo Consejo de Administración, se active la conformación de la Comisión de Encuesta para Venezuela.

FEDECAMARAS seguirá acompañando a sus empresarios y al pueblo de Venezuela en su incesante lucha por construir un país lleno de oportunidades, prosperidad y bienestar para todos los venezolanos, sin excepción.

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